viernes, 27 de mayo de 2016

EL BOSQUE DE LOS SORTILEGIOS (EPISODIO #161)


Nuestros labios se besaban, apasionados. Con mis manos envolvía su nuca mientras ella dejaba caer los brazos, pese a que la serpiente continuaba apretujándonos. Un torbellino de sentimientos me suspendía en un cielo imaginario. El amor puede hacerte sentir tan ligero como un viento huracanado. Sus suaves labios me seguían elevando. Poco a poco nuestras lenguas se iban enroscando. De pronto el niño indio advertía algo desde el pasto. Vociferaba, dando torpes saltos. Sin despegar mi boca de sus labios abría los ojos para poder avistarlo. Todas las serpientes que lo rodeaban huían hacia un mismo lado. El niño alzaba los brazos, como si buscara ordenarnos que bajáramos. Un zumbido raro finalmente comenzaba a despegarnos. El gato Astor bufaba, mostrando enfado, encrespando tanto su pelaje que hasta parecía extraño; en cambio la serpiente no cesaba de apretarnos, tal vez por confundirnos con el árbol.