jueves, 26 de mayo de 2016

EL BOSQUE DE LOS SORTILEGIOS (EPISODIO #159)


El crujido de la rama se hacía más intenso. Mis manos se aferraban a la tráquea del pobre bicho. Con toda mi fuerza, lo dejaba sin aliento. Sus ojos se desorbitaban, y me miraban, como diciendo: ¿qué estás haciendo? ¡Salvando a mi chica!, respondía por dentro. Abría la mandíbula para exhibirme sus colmillos. De quererlo me hubiese mordido, pero no lo hacía, no sé con qué sortilegio mágico el niño indio lograba convencerlo de no hacerlo.